29.6.14

"El doble"; el individuo y la jungla


Individualidad, preciado tesoro. 
Verse reconocido como motor, y no como herramienta, es un objetivo diario.
Simon James es sin duda una herramienta, un tipo dubitativo, apocado y constantemente superado por circunstancias ajenas, mientras que James Simon es el motor, arrogante, desprejuiciado y muy por delante de su reflejo inverso. 
Lo curioso de su relación es que no se vive en un estado de rivalidad, o no se debería concebir así: más bien solo es la ley del más fuerte, bajo el prisma de esa jungla-ciudad que amenaza con devorar a todo aquel que no salga a la calle preparado.

Richard Ayoade concibe una ciudad opresiva y viciada, rectangular y completamente ceñida a unas normas, unas malditas y recalcadas normas. 
Nada se hace sin motivo, nada se acomete sin razón, no hay lugar para la duda o la falla, todos servimos como carne de cañón.
Es asfixiante por su concepción del espacio (y de la mente), pero también por la tímida predisposición de Simon: cualquiera que le vea en sus torpes intentos de entablar relación con su encantadora vecina creerá que realmente ese tipo se merece toda la mala suerte del mundo. 
Así actúan los demás personajes y las cada vez más retorcidas situaciones que se suceden, como si fueran una fantástica jodienda al individuo, a la propia individualidad separada de la masa, el pobre Simon James.
El colmo es James Simon, claro, que no solo le roba la cara y el carisma, sino que además le roba su objeto de deseo. 
Sobrevivir en la jungla teniendo que ganarme el pan bien, sobrevivir teniendo que ganarme los gestos, de eso nada. Aunque hay un siniestro toma y daca, de aceptación, cada uno en su lugar, antes de que se den cuenta de que ambos tienen el mismo asiento reservado y deben pelear por el sitio.

'The Double' es mezquina, manipuladora, incómoda. 
La historia de un incómodo hombre en no una menos incómoda ciudad que parece cambiar de forma a cada espacio, contando una situación incómoda: el robo de lo que se nos tiene asignado solo por existir. 
Por eso oscila violentamente entre la comedia más negra y el terror más visceral, porque no hay situación más ridícula y sin embargo más inquietante que descubrir que, simplemente, no tenemos lugar. Y porque nos gusta pensar que somos bastante únicos.

Nota: 7 / 10

Etiquetas: , , , , , , ,