19.10.16

Still Crazy (Siempre locos): La magia de las pequeñas historias.

El cine británico, siempre alejado de las superproducciones estadounidenses y con un punto más de comercialidad que el del resto de Europa, se sustenta en gran parte sobre tres pilares: un humor característico y conocido mundialmente, un reparto actoral excelente (la formación de los actores en el teatro británico ha hecho mucho por el cine actual) y guiones de historias sencillas pero efectivas. A estos 3 pilares le podemos añadir un cuarto que impregna muchas películas de las islas y que es prácticamente el distintivo nacional: la música pop.Still Crazy presenta todos estos ingredientes, lo que hace de ella una película sencilla pero llena de magia.

Estrenada en 1998 pasó sin pena ni gloria por la cartelera, dos nominaciones a los Globos de Oro (en los apartados musicales) es todo lo que hay en su haber. Pero ¿a quién le importa el éxito?

El guion de la película gira en torno a una banda de rock que perdió su oportunidad de triunfar en los años 60 y regresan para intentarlo una vez más aprovechando el revival del Brtipop de los 90. La obra lleva la firma de Dick Clement e Ian La Frenais, dos clásicos de la escritura británica para televisión y cine (presentes en varias sitcoms de la BBC, como la icónica Whatever Happened to the Likely Lads? e incluso en la saga James Bond), los cuales han demostrado que en películas de temática musical son los reyes, otros films como Killing Bono y Across The Universe así lo acreditan, con todo respeto hacia John Carney. El tempo del guion es dinámico, no sobran escenas vacías y presenta un buen repertorio de gags al estilo británico (por momentos inteligente por momentos soez a partes iguales).

La dirección corre a cargo de Brian Gibson, el apellido le vino al pelo para realizar su última película. El montaje de la película es perfecto. Mucha gente desconoce que la comedia es una cuestión de tiempos y el ritmo de ésta es casi tan importante como los propios chistes. Por ejemplo, si quieres llevar a los personajes de Londres a Berlín procura no utilizar una simple transición con planos de un coche por la carretera, como solemos ver en ciertas americanadas, haz que ese viaje merezca la pena y se convierta en parte fundamental de la película. El autobús de la gira del grupo es, en este sentido, un personaje más. Directores británicos como Edgar Wright han aprendido de este tipo de películas y se nota (la escena de su película Hot Fuzz en la que Simong Pegg viaja en metro de la ciudad al pueblo es un manual de como convertir una secuencia en algo cómico sin utilizar una sola frase de guion).

El reparto es europeo. Tengo la sensación de que si quieres que un producto sea creíble y tenga éxito necesitas actores europeos. El Señor de los Anillos, Juego de Tronos, el Batman de Nolan,etcétera, todos productos de éxito comercial y de crítica y en todos el 80% del reparto es europeo, principalmente británico. Stephen Rea, Billy Connolly, Timothy Spall y, especialmente, Bill Nighy son los nombres que adornan los créditos; actores curtidos en el teatro que te pueden hacer reír y llorar en la misma escena. Bill Nighy clava su papel de “rockero pasado de vueltas” que repetiría en Love Actually (alcanzando por fin una fama merecidisima). También encontramos un cameo de Phil Daniels que hará las delicias de los nostálgicos fans de Quadrophenia.

Finalmente hay que destacar la banda sonora original. Lo mejor de la película sin duda, y lo más premiado de la misma. Las pistas corren a cargo de autores como Chris Difford de Squeeze, Mick Jones de Foreigner y el mítico productor Jeff Lynne. La película sigue el tempo vertiginoso de una banda de rock de gira y la música acompaña esto a la perfección creando un retrato de los años 60 extraordinario.

La canción final The Flame Still Burn (donde también interviene Marti Frederiksen en la composición, repitiendo jugada en la película Almost Famous de Cameron Crowe) es sencillamente una de las mejores canciones hechas por y para el cine. Esta canción suena en la escena final, que funciona como un extraordinario clímax; ésta es la única parte de la película donde vemos algún efecto de postproducción realmente vistoso (llenar un festival de espectadores) lo que remarca el aspecto realista de la película.

En definitiva nos encontramos ante una película sencilla y efectiva, capaz de emocionarte y hacerte pasar un buen rato. Si te gusta la música esta es tu película, si te gusta el humor británico esta es tu película, si te gusta Harry Potter…todo el reparto sale en esa saga así que te gustara. Película para todos los públicos sobre una banda de rock entrada en años con mucho que decir aún y hecha por un equipo entrado en años que demostró que aún tenía mucho que decir. Disfrutadla.

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