27.11.14

El hombre de las sombras


EL HOMBRE DE LAS SOMBRAS (“The Tall Man”), La delgada línea entre el bien y el mal


Había llegado algo a Cold Rock que se estaba llevando a los niños…Algo mucho peor que el cierre de una mina…Algo tan amenazante y aterrador que la gente acabó por ponerle nombre…”

Así empieza la tercera película de Pascal Laugier, pero bien podría haber sido el comienzo de un cuento de Stephen King y os puedo asegurar que la película en ese aspecto no decepciona. Terror de principio a fin, logrado sin regueros de sangre ni mutilaciones espantosas, se trata de miedo en estado puro. Un thriller que te tensará los músculos impidiéndote apartar los ojos de la pantalla, absorto en intentar resolver la trama hará que despierten tus terrores nocturnos que te acompañarán más allá del final del visionado de la película. Y es que el temor a lo desconocido, a lo que las sombras arrastran consigo al ponerse el sol, ha llevado durante toda la historia del hombre a la elaboración de los mitos más terroríficos, empleados numerosas veces para lograr que los niños se porten bien porque ¿quién no ha oído hablar del hombre del saco?


Ambientada en un pueblo decrépito tras el cierre de la mina, la película se presenta como el desesperado intento de una madre (Jessica Biel, excelente en su papel) por mantener a salvo a su hijo ante los raptos que están acaeciendo en el pueblo, haciéndonos partícipes de su agonía. Pero, como ya es habitual en este género, las apariencias engañan y trataremos de anticiparnos a la vuelta de rosca de la trama imaginando posibles soluciones a la intriga,  descartando entre los sospechosos que se nos presentan (entre los que cabe destacar el papel de Jodelle Ferland). Y he aquí nuestro error, porque este filme logra un giro inesperado, saliéndose incluso de lo marcado por el propio género y dejándonos mucho en lo que pensar tras su visionado, pues logra desdibujar la línea que separa el bien del mal con un final sobradamente explicativo (quizá un poquito de más) que nos hará replantearnos si todo está permitido en la consecución de un bien mayor así como si lo que consideramos un bien para alguien en realidad lo es o no para él.

Pero no os cuento más pues como film maestro del terror con final sorprendente (tranquilos que no hay nadie muerto que no lo sepa todavía) no se han de desvelar los entramados de la trama para poder gozar del efecto del conjunto tan magistralmente conseguido.

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