19.2.14

"Escape from Tomorrow"; ratones antropomorfos y castillos de plástico


Un hombre queriendo escapar del mañana. Una huida infructuosa, pero no por ello carente de sentido, sobre todo cuando el presente acecha con sus temores. 
Y si encima es en Disneyland, ese extraño limbo de felicidad en la Tierra, la extrañeza esta servida: ¿qué nos están contando?
'Escape from Tomorrow' es una comedia, sí, pero también una tragedia. Un viaje al abismo de la mente y una regresión al feliz estado del niño. La última pizca de lucidez que nos queda y los infinitos fantasmas que nos acechan. 
Randy Moore ha hecho lo impensable: nos habla con metáforas, paradojas y simbolismos del terror a la vida adulta que tratamos de evitar.
Lo que buscamos, pese a todo, es volver a ser niños, volver a pasarlo bien, perseguir a esas chicas sin que nadie nos llame acosador, poder dejar de lado la corrección, hacer lo que nos apetezca cuando nos apetezca... Jim desea todo eso y no lo tiene, mientras tiene que cargar con unos hijos que no lo aprovechan. 
La "familia fracturada" es de libro: padre y madre intercambiándose a los hijos como barajas de carta, a ver si a la próxima les sale una buena mano. ¿Están en Disneyland, qué podría pasar?


Pues de todo. 
Disneyland se convierte en un paraje blanquinegro poblado de seres de pesadilla, grotescas construcciones y despreciables visitantes, conjurando la paradoja perfecta, viendo el lugar más feliz de la Tierra como una puerta abierta a nuestra infancia, corrompida por nuestra propia naturaleza adulta. 
No hablaré de la patada bucal que supone este título a las instituciones Disney (la institución de ser feliz, a la fuerza, hasta que duela), pero es de considerar, pues en tiempos de corrección política a Moore no le tiembla la mano mostrando todo lo malo tras el plástico de colorinchis. 
El colmo de la corrección ya estaba ahí: no poder rodar en un lugar tan blanco como este. Puede ser que fuera por justo lo que muestra esta película, donde vemos a trajeados hombres de negocios sobar a las princesas Disney.
Hay que decir que se pierde demasiado en su concepto, se obsesiona con ideas visuales insanas y tiende al descontrol en su último tercio. Pero cada uno de esos segundos respira arrojo y valentía, para hacer algo diferente, puede que hasta rebelde. 
Sabes que ha llegado demasiado lejos cuando te mete la historia de "vieja gloria" más ridículamente funesta de la historia, pero también cuando Jim acosa a jovencitas francesas apenas preocupándose de sus hijos. Y sin embargo, ahí sigue el aura de cuento. Será el lugar, con el viejo Walt observando el horizonte.


No es hasta el final cuando comprendemos que no podemos escapar del mañana, estábamos todo el rato esperándolo, pese a cualquier esfuerzo. 
Pero estamos en Disney, y dicen que aquí los sueños se hacen realidad, ¿no?

Nota: 8 / 10

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