La voz dormida

Hace tiempo que quería escribir sobre “La voz dormida”, pero las prisas del día a día siempre hacen que lo vaya dejando, un día más y otro, pero no, hoy decidí paralizar un poco el tiempo y escribir sobre ella, merece la pena.

No voy a decir si es una película buena o no, eso es criterio de cada cual. Hoy voy a escribir sobre aquellas sensaciones durante 128 minutos y de los segundos, minutos, horas y días posteriores que hicieron que esas sensaciones continuaron presentes sobre mí.

Sin duda Benito Zambrano ha sabido llevar a la gran pantalla con éxito la obra de Dulce Chacón, que junto la interpretación de Inma Cuesta y María León hace una vez más que las emociones estén aseguradas.

Rabia, impotencia, tristeza, pena, ira, angustia, desolación… y podría seguir escribiendo más sinónimos, es todo lo que “La voz dormida” transmite, y saber cómo mucha gente inocente tuvo que sufrir de esa manera, cómo muchas familias se vieron rotas, cómo muchas madres perdierona sus hijos, cómo mucha gente iba perdiendo poco a poco la esperanza. Es inevitable no poder sentir esa rabia, porque “La voz dormida”, no es tan sólo unas secuencias de imágenes filmadas, es mucho más, es la realidad que muchos intentan ocultar.

 A la rabia hay que sumarle la tristeza de ver cómo una madre tiene que separarse de su hija porque va a ser fusilada. Ver cómo una persona tan indefensa ha tenido que nacer en medio de ese calvario y saber que su madre no va poder estar ahí junto a ella.

“Duerme, mi niña, duerme, la luna te mira, tu madre te quiere“, “El día que yo te falte y ya no pueda acunarte tendrás dos ojos azules y un corazón para amarte… Duerme, mi niña, duerme, la luna te mira, tu madre te quiere…”

La voz dormida es un homenaje a todas aquellas mujeres, a todas aquellas madres, a todos aquellos inocentes cuyo pecado mortal era querer la libertad en su país.

Es por ello que hoy estoy aquí escribiendo estas frases, porque no hay que olvidar lo que aquellas personas sufrieron. La voz dormida, la gran película de la memoria histórica.

Miriam Cirujano Torres.