18.2.14

"Nymphomaniac. Volumen I (2013)", el arte de la bajeza


"Este es un cuento moral" comienza Joe, una medida Charlotte Gainsbourg, a contarnos. 
Y en cierta manera así es. Seligman, el hombre que la encuentra en la calle, no está tan interesado en acostarse con ella como en escuchar su historia como el espectador. Los apuntes que introduce podrían venir de mi boca, y Joe me mira directamente a los ojos. 
¿Buscamos moralidad aquí? Quién sabe, pero lo que no se puede negar es que en 'Nymphomaniac' hay una satírica y puede que hasta retorcida mirada al mundo de ojos de la persona más sincera que hemos podido encontrarnos.
No es una exploración sobre el sexo necesariamente. La ninfómana protagonista podría ser cualquiera, y su adicción solo justifica encuentros, desengaños y vías de escape. 
Algo parecido significa para Seligman el arte, y por eso siempre intenta buscar la manera de conectarlo a la vida de la protagonista. Pero para Joe el arte no es nada, se define como ignorante. Y sin embargo, encuentra su propio tipo de "arte", que en todo momento se hermana a las didácticas explicaciones de Seligman sobre la pesca, sobre Poe y sobre el cantus firmus. 
El sexo, lo bajo y lo irracional como respuesta a lo elevado, racional y sensorial. Es solo una de los descubrimientos que nos lega la vida de esta ninfómana de la cual queremos escuchar un relato.



Von Trier no quiere juzgar a su protagonista, y por eso deja que sus vivencias nos la presenten. Un cuadro emocional, a veces incompleto en nombres y situaciones, pero sincero y perdurable. Lo que ves es lo que hay. 
Podemos proyectar nuestras fantasías en él, pero en el fondo no hay nada de que reírse, no hay colegialas representando teatrillos. No solo Joe me deja claro esto, también pregunta si me aburro. 
Y sin embargo, el sentido del humor negro deja al aire muestras patéticas de humanidad que en el fondo, por mucha corrección y elegancia, solo desea sexo, y se burla de ellas. Joe se ríe del mundo a conveniencia, y sin embargo las risas del público nunca han sonado tan incómodas: puede que la distancia irónica nos haga más fácil sobrellevar nuestro duro retrato.
Esta primera parte incluye:
- Capítulo 1, "The Complete Angler": En el que Seligman trata de atar el arte de pescar al arte de ligar, o cómo darse cuenta de que los seres humanos hemos dictado nuestras pautas de comportamiento en inútiles manuales. 
La forja de lo que Joe llama un monstruo, y lo que Seligman considera chiquilladas sin importancia. Todo empieza así, como un juego. Son los juegos los que luego trascienden cuando no importa tanto el premio como haber participado.
- Capítulo 2, "Jerome": Von Trier sacando partido de la pose estúpida de Shia LaBeouf como si tal cosa. 
La entrada al mundo laboral, que se puede traducir en envidias por "la perra esa". La renuncia orgullosa por un triunfo futuro. Joe, como todos, acaba queriendo lo que no puede tener. Aunque sea "femenino" por una sola manía. El amor (de ninfómana o cualquiera) es así.


- Capítulo 3, "Mrs. H": UMA THURMAN. 
A través de la cabronada más lentamente deliciosa y perversa que haya visto, vemos cual es el precio que Joe paga a los demás por satisfacerse. Diagnóstico: Solitaria busca gente que no quiera atarse pero sí meterla en caliente.
- Capítulo 4, "Delirium": Un lento descenso a los infiernos. El tenebroso blanco y negro nos predispone a ver un pequeño calvario personal. 
¿Reafirmación o decepción? Un poco de ambas, pero si hay una confirmación: el vacío de sentido prolongado puede privarlo cuando más lo necesitamos.
- Capítulo 5, "The Little Organ School": La suma de los factores altera el producto. Un poco de "fuga" y un mucho de "toccata" en el delicado instrumento que es el cuerpo humano. 
Intachable uso de la pantalla partida y las metáforas. Parece que hemos alcanzado el clímax, pero la cosa se asemeja más a un gatillazo. Y hasta aquí puedo meter... perdón, leer...


Joe ha intentado justificarse, y se calla consciente de que es inútil hacerlo. Quiere ser un monstruo, lo desea, buscar una explicación posible a todos los dolores propios y ajenos. 
Pero Seligman lo ha dejado caer: no siempre tiene que haber justificación. Un pájaro vuela porque tiene alas, y todos, en mayor o menor medida, nos condicionamos por cómo o cuánto podamos volar.
Cabrones, todavía este crudo y detallista amasijo de sexo, arte, vida y dolor será un cuento moral. Desde luego no se me han quitado las ganas de seguir escuchando.

Este es el particular "fuck..." de Lars Von Trier al mundo. 
A la espera del "...you" que probablemente lo complete y engrandezca.

Nota: 9/10

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