Sonido de libertad: “Los niños de Dios no están a la venta”
De hecho, la medalla que lleva el niño, curiosamente, representa a San Timoteo, un símbolo que parece aludir a la figura de un salvador, un protector divino. El objeto, que Miguel mantuvo consigo durante su desaparición, se convierte en mucho más que su amuleto, porque es el puente emocional entre él y Tim. La conexión que Tim siente al conocer la historia de Miguel y el recordar que él tiene hijos lo conmueve y por ello transforma su vida.
Movido por la esperanza de encontrar a la niña, Tim toma decisiones radicales: Renuncia a su trabajo y deja atrás a su familia en Estados Unidos para emprender una misión casi imposible. Su propósito ahora es reunir "los dos pedazos", como describe la desgarradora separación de los hermanos.
Hasta este punto, la cinta construye una idealización irrealista del personaje, presentándolo como alguien que prioriza el bienestar de una niña de otro país por encima de su propia familia y de las muchas misiones similares que podría haber llevado a cabo en su propio país, donde también existen víctimas de trata de personas. Además, abandona un trabajo del que estaba a solo diez meses de jubilarse, lo que refuerza la narrativa del héroe perfecto, pero poco conectado con las complejidades reales de este tipo de problemas.
Después de esto, Tim viaja a Colombia a cumplir la misión y conoce a Vampiro quien dirigió el cartel de Cali en los 90 y cumplió su condena en la prisión, sin embargo en la actualidad se encarga de comprar niños para luego liberarlos. Por tanto, de estos dos personajes, me resulta interesante que en sus primeros diálogos se enmarque, por ejemplo por parte de Tim su motivación por rescatar a los menores con la frase “los niños de Dios no están a la venta” y Vampiro en escenas siguientes le cuente la historia que lo iluminó para cambiar el rumbo de su vida, porque sin saberlo tuvo relaciones con una niña de 14 años y esta fue la situación que lo llevó al raciocinio: “Cuando Dios te dice lo que tienes que hacer, no puedes dudar”.
Por lo cual, estos diálogos revelan la elaboración tan cliché de algunas partes del guión y más que una cuestión de creencias, es la ideología que trata de resaltar e inculcar la película, debido a que abusan de las frases y de la figura de Dios en la cinta. Si bien, si se valida la firma podemos suponer porque se recalca y es que en un principio Fox sacaría al público la film, sin embargo Disney compró a Fox y quedó a la deriva la difusión de la misma, hasta que Angel studios compró los derechos de distribución, una empresa cinematográfica que se destaca por ser cristiana.
Por otro lado, ¿la historia tiene algún impacto?, si, de hecho logra enviar un mensaje de conciencia sobre la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes, que es una problemática sensible, real en muchos países y que ha llegado a la normalización, de modo que lo visibiliza y pone sobre la mesa la magnitud global del problema.
Además, es cuidadosa al presentar imágenes que, aunque específicas por la naturaleza de la trama, evitan caer en el morbo. A pesar de ello el guión puede llegar a ser manipulador en algunos momentos, le quita la emoción y credibilidad al mensaje que quiere transmitir el personaje y hay un exceso de dramatización en algunos discursos de Tim Ballard, que parecen más para conmover al público que una conversación natural con un personaje de la historia.
Asimismo, la actuación de los niños es sobresaliente, destaco, la escena en la cual son transportados de Honduras hasta el puerto de Cartagena, los ojos de Rocío logran transmitir el miedo que siente al saber que no es su padre Rodrigo Aguilar quien los espera y Miguel transmite la inocencia en su mirada, a ellos les creo, pero hay personajes de la historia que pudieron trabajarse mejor como Giselle, la reina de belleza de Cartagena que les promete a los niños cambiar su vida gracias al modelaje y en realidad es el modus operandi, para robar a los niños, de este modo los antagonistas y personajes secundarios tienen una caracterización muy genérica.
Finalmente, falta desarrollo en la historia, como la perspectiva de las víctimas, que puede llegar a ser superficial, en vez de centrarse únicamente en el héroe ejemplar, Tim. Si el objetivo era enaltecer los logros del agente, habría sido mejor optar por otro formato en el que él mismo narra su historia, porque al final termina siendo una película de acción y drama, en la que cinematográficamente no veo algo particularmente innovador.
Por: Carolina Monsalve.
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